Podemos empezar por decir que la inauguración estuvo impresionante, la onda de los tambores y de los karatasos se vio bien chido, lo de la prendida del pebetero pus medio X la verdad.
Fue bueno ver como los chinos, lógicamente, le partieron el orto a los gringos en el medallero y hubo momentos bien chidos como cuando Yelena Isinbayeva rompió su récord de salto con garrocha por pinchemilchingocienta vez o cuando el buen Matthias Steiner ganó la medalla de oro en halterofilia de más de 105 kilogramos y en la premiación sacó la foto de su mujer difunta.
También estoy convencido de que a quienes nos gusta el deporte jamás olvidaremos las ocho medallas de oro de Michael Phelps o como Usain Bolt despedazó la marca de los 100 metros planos y se dio el lujo de cruzar la meta celebrando.Aun con esas grandes hazañas creo que en esta ocasión la mayor muestra de olimpismo la dio el sueco Ara Abrahamian al rechazar su medalla de bronce en la lucha grecorromana. Yo se que es raro que diga que mentarle la madre a los jueces y dejar su medalla en el piso sea olimpismo, pero la verdad yo creo que sí. Tengo que decir que ese wey es probablemente la persona más íntegra que fue a Beijing. El estaba seguro que le robaron la semifinal y estaba dispuesto a renunciar a una medalla olímpica con tal de defender sus creencias, si tenía razón o no eso es otra cosa, el chiste es que rechazó el resultado de quién sabe cuanto tiempo de trabajo por que no le creyó justo.
Pasando a la delegación mexicana tengo que decir que son una vergüenza, no todos, pero la gran mayoría. Casos excepcionales sin medalla la verdad hay muy pocos. La muchacha Avitia de tiro con arco con 14 años le sacó más de un susto a varios y se quedó cerca, si sigue por el mismo camino seguro será medalla eventualmente. Lo mismo con el muchacho Serrano también de tiro con arco, se ve que se están haciendo las cosas bien con la nueva dirigencia de la disciplina.
Otro buen caso fue el del pentatleta Oscar Soto. Aunque acabó en octavo lugar fue subiendo poco a poco y faltándole como 100 metros para terminar la prueba se mató para entrar en octavo lugar, dio todo lo que tenía. Sólo le alcanzó para llegar en octavo lugar pero no importa, realmente dio todo lo que pudo.
Cuando el muchacho de marcha de 50 kilómetros llegó en sexto lugar y le preguntaron por qué no pudo conseguir una medalla su respuesta fue bastante honesta: “Son mejores que yo, lo único que me queda es seguir practicando para mejorar y poder alcanzarlos”. No como el wey de 20 kms que salió con que tenía agruras por que le cayó mal la cena. ¿Es en serio, te cayó mal la cena de la noche anterior al día más importante de tu carrera atlética? Estás jodido.
A fin de cuentas las medallas son logros individuales. El bronce
de Tatiana y Paola la verdad creo que pudo haber sido plata pero igual lo hicieron muy bien y el oro de Memo y María no es otra cosa más que partirse la madre durante años todos los días para conseguirla. Me queda claro que mucho tiene que ver el entrenador ya que ambos tienen el mismo y los dos tienen la misma actitud. ¿Notaron como ninguno de los dos se descompuso en ningún momento? Me queda claro que yo lloraría más que la Isinbayeva si ganara un oro olímpico, pero estos dos muchachos se portaron bastante ecuánimes, como si superan que no había forma en la que no pudieran ganar esa medalla, como si desde que se despertaron esa mañana alguien les hubiera dicho que ya la habían ganado, que todo lo que sucedería en las siguientes horas era mero trámite.La cosa es que si se saben llevar ya tienen su vida resuelta por que ahora resulta que hasta son héroes nacionales, y gente poco profesional como Antonio Rosique hasta se pone a llorar al aire cuando ni ellos, que fue su logro, lo hacen. Si continúan con esa mentalidad pueden llegar lejos incluso en la política de este país… sí, así son las cosas en México. Por eso en cuanto ví a Memo Pérez cantar el himno nacional en lo único en lo que pude pensar fue que a este paso, en 20 años le vamos a tener que decir: “Señor Ciudadano Presidente Guillermo Pérez”.