jueves, 18 de octubre de 2007

La culpa la tiene Paris

Historia larga en versión corta: una amigo pasea a su perro en Chapultepec el domingo en la mañana y encuentra una caja en la basura con 5 perritas de aproximadamente un mes de vida. Las recoge y se las lleva a su casa, no sin antes pasar al veterinario. De las 5 probablemente una no se salve.

Algún grandísimo hijo de la chingada decidió que era buena idea deshacerse de las hembras y al parecer quedarse con los machos.

Afortunadamente, para el miércoles ya todas tenían casa, por que la chiquita que sí se va a salvar se la va a quedar él, dice que no pero quiero ver como le hace para quitársela a su mujer, de todos modos la verdad no creo que se quiera deshacer de ella.

Una de ellas se quedará con mi mujer y conmigo, todavía estamos pensando en un nombre.

Es increíble que la gente haga eso con los animales, si se quieren tratar así entre ellos está bien, pero los animales no tienen la culpa. Eso de dejarlas a morirse en la basura es de las cosas más inhumanas que puede haber y lo peor es que es una actividad hasta cierto punto común.

La mayoría de la gente no se da cuenta que está a dos pasos de convertirse en el desgraciado ese que las abandonó, para prueba un botón:

Entré al elevador de la oficina y había dos mujeres, una joven y la otra no tanto, teniendo la siguiente plática:

- …a mi me encantan los perros, yo podría tener mil en mi casa. Pero chiquitos todos. Por que ahora resulta que nos tenemos que deshacer del Zeus.
- ¿Por qué, qué pasó?
- Pues resulta que nos vieron la cara, mugre perro pirata. Se supone que es un Chihuahueño pero ya creció mucho y mi mamá ya no lo aguanta, a ver si conseguimos otro.

¿Perro pirata? ¡¿Perro pirata?! ¡¡¡¿¿¿PERRO PIRATA???!!! ¡Piratas tienes las nalgas grandísima hija de la gran chingada! ¿Qué carajos le pasa a la gente? ¿Por qué creen que un perro puede ser “pirata”, qué nadie les ha dicho que los perros no son artículos de moda?

Me tuve que morder uno para no voltearme y reventarle la cara con un revés a la muy pendeja. Afortunadamente el elevador se llenaba conforme hacía su recorrido hacia la planta baja, lo que me ayudó a no apretar el botón de emergencia para detenerlo y estrangularla ahí, después escaparía por la salida de emergencia del elevador, esa que se supone tienen en el techo y que sólo vemos en las películas.

Al final no estrangulé a nadie, ni apreté ningún botón, ni solté reveses al por mayor. Lo único que me quedó fue ponerme a pensar que habrá llevado a esa mujer a decir que un perro, que seguramente le es estúpidamente leal, puede ser “pirata”. Yo me imagino que ella también era “pirata”, por que la verdad no se veía como de raza muy pura que digamos. ¿Como el perro no era “fino”, el amor incondicional por su dueña no era “original”?

Lo único “pirata” en ese elevador era la educación que le dieron a esa mujer, por que créanme, algo tan defectuoso sólo pudo haber sido impartido de manera muy negligente y barata.

Pero la culpa de todo esto la tiene Paris Hilton por decidir que su pobre animal iba a ser una declaración de moda. Pobre Tinkerbell, terminó siendo la perdición de su especie sin deberla ni temerla.

Perro pirata… Esta es la parte en la que normalmente digo que ya todo se fue al carajo, pero en esta ocasión el sentimiento me sobrepasa y no se que poner. Sí, ya valió madre, de eso no hay ni duda ni salvación, pero en estos tres días un pequeño grupo de personas demostró que aún hay esperanza para algunos al rescatar a 5 cachorros de menos de un mes de vida que fueron abandonadas… y en esa selecta lista no están incluidos ni el imbécil que las abandonó, ni la babosa del elevador y mucho menos la bruta de Paris Hilton. Por mi que esos tres sí se vayan al carajo.

viernes, 12 de octubre de 2007

Mi día de trabajo en la sinfónica

Estoy en mi oficina enfrente del Ángel de la Independencia, lógicamente no hay ventanas que abrir, solo una pared de vidrio que da a la calle. Doce pisos abajo están poniendo a punto un motor V8 de 2.4 litros con poco más de 700 caballos de fuerza… sí, es un Formula 1.

Este fin de semana habrá un evento en Paseo de la Reforma del equipo Renault de F1 y están preparando todo. Se podrán imaginar que entre las carpas de Renault a la mitad de Reforma y las marchas por el Día de la Raza, el tráfico es un desastre.

Hoy he tenido un día sumamente pesado, pero hay algo que me ha mantenido cuerdo y concentrado todo el día: el sonido de ese motor revolucionando hasta rozar las 19,000 rpm, el cual echan a volar por lo menos cada hora.

Estoy hasta acá arriba y el motor se oye clarito, incluso su ronroneo grave cuando está en ralentí se alcanza a escuchar con claridad. ¡Qué delicia!

Yo entiendo que el tráfico es infernal y que la gente se desespera y toca el claxon, pero en su desesperación no se están dando cuenta que el sonido de su estúpida bocina está opacando el rugido del motor F1. ¿Cuándo en su mugrienta y asalariada vida van a volver a tener la oportunidad de escuchar un motor de F1 tan cerca? Como dice el buen César, es como si fueras a Bellas Artes a escuchar a la Sinfónica de Inglaterra y te llevas tu iPod con la Banda el Mexicano.

Cuando la gente ni siquiera se da cuenta de lo que se está perdiendo, cuando no se dan cuenta de la oportunidad única que tienen enfrente y prefieren descartarla por que su vida apesta, quiere decir que ya no hay esperanza… y que ya todo se fue al carajo.

No me importa. Lo acaban de prender otra vez y yo voy de regreso a mi mundito de trabajo perfecto donde la mejor sinfónica del mundo le da cadencia a mis actos.

P.S. Ya se ve bien la tele, luego les cuento como se arregló.

jueves, 11 de octubre de 2007

Sillones ocupados

La tele de la oficina se ve mal. Sí, tengo televisión en la oficina, les juro que está ahí por cuestiones de trabajo. La cosa es que se ve mal, ya cambiamos el cable y hablamos a nuestra distribuidora de televisión por cable para que lo arreglaran y nada.

Uno no puede ver bien un partido de fútbol por que ni siquiera sabes donde está el balón… pero tiene control remoto. Nunca lo uso, la tele está a medio metro de mí. La tele del otro lado (sí, otra tele), que está a medio metro pero en la otra dirección, se ve perfectamente bien, sólo que esa apunta hacia otro lado y como se lo imaginaron, no tiene control.

Lo que nos llevó a mí y a un compañero de la oficina a esta profundísima conversación:

- La tele se ve mal otra vez
- Sí, ya sabes como es
- Ni siquiera puedo ver donde está el maldito balón
- Y mira, la de Quique se ve perfecto
- Sí… pero no tiene control
- Tienes razón

30 segundos de silencio

- ¿Si tuvieras que escoger entre control o que se vea bien la tele de tu casa, qué escoges?
- No se… yo creo que el control, se ve mal pero no tendría que pararme a cambiarle, y me la paso cambiándole por que igual nunca hay nada, sólo le dejo cuando hay partido.
- Mmmmm, pero entonces no podrías ver el partido, y de todos modos no ves nada por que nunca hay nada en la tele
- Tienes razón… no importa me quedo con el control
- Yo también

Es increíble que uno prefiera no pararse del sillón a ver algo bien. Si no te puedes ni parar del sillón menos vas a separar la basura o salir a hacer ejercicio. Ni modo, ese es el futuro que nos espera, uno lleno de sillones ocupados donde lógicamente todo se va a ir al carajo. ¡Conformistas!

miércoles, 10 de octubre de 2007

Madrazo ignominioso

Pues resulta que uno de nuestros ex candidatos presidenciales decidió que era buena idea ponernos en ridículo a nivel internacional. No que esto sea algo nuevo, pero ahora sí se pasó de la raya, por que su imbecilidad esta vez no fue política.

El pendejazo de Madrazo (si rima no es coincidencia), notable y “respetado” candidato a la presidencia de México por el PRI en las elecciones de 2006, decidió que era buena idea hacer trampa en un maratón internacional, así como lo leen.

El señor se inscribió en la categoría de hombres de 55 años, ni más ni menos que en el maratón de Berlín. Y terminó en primer lugar de su categoría con un tiempo de 2:41:12 segundos. Para que se den una idea, en junio corrió el maratón de San Diego en 3:44:06 - una hora más que en Berlín.

Lo peor de todo esto es la estupidez de alguien que pudo haber llegado a ser nuestro Presidente. Las primeras sospechas que levantó se debieron a que cruzó la meta en primer lugar vistiendo una chamarra con el cuello alzado, una gorra y pantalones deportivos largos. ¡Hay que ser pendejos! ¿Nadie le dijo que un maratón se corre en shorts y camisetita naca, de esas sin magas?

Después los organizadores se dieron cuenta que el dispositivo electrónico que registraba su tiempo y trayectoria no mostró su paso por los puestos de control en los kilómetros 25 y 30. Según el aparatito delator, Madrazo recorrió 15 kilómetros en 21 minutos – la marca mundial en 15 kilómetros es de 41:29, y corresponde al keniano Felix Limo. Lo que quiere decir que, según Madrazo, puede correr esta distancia en la mitad del tiempo del récord mundial… debería ir a las olimpiadas.

¿En serio pensó que no se iban a dar cuenta? ¿Acaso creyó que podía burlar a las autoridades alemanas? ¿Alguien le dijo que sería igual de fácil que alterar los resultados de una elección? Imaginen lo que pensaba el idiota este cuando pasó la meta y subió los brazos en señal de victoria: (con lenguaje de político) ¡A güevo, ya me chingué a estos pinches alemanes igual que como me chingué a los tabasqueños en el 95! Idiota.

Total que una vez más un político nos pone a los mexicanos en ridículo a nivel internacional. Cuando un pueblo permite que alguien así llegue tan lejos como para hacer una candidatura presidencial, quiere decir que ya todo se fue al carajo.