lunes, 12 de noviembre de 2007

Vaca, la botarga reggaetonera

Odio las multitudes, sí ya se que lo había dicho antes, no importa lo repito. Pero hay de multitudes a multitudes, y una de las peores es la que te encuentras en el súper mercado.

Afortunadamente mi mujer es igual de antisocial e intolerante que yo, por lo que gustamos de hacer nuestras compras por la madrugada, a eso de las 2 o 3 de la mañana –Dios bendiga los WalMart 24 horas – pero hay veces que es inevitable reabastecer la alacena durante el día.

Lamentablemente el otro día tuvimos que hacer justo eso, al entrar al estacionamiento y verlo a reventar decidimos que haríamos las compras lo más rápido posible. Entraríamos a comprar las cinco cosas que necesitábamos, sin distracciones y sin desvíos.

Entramos al lugar y comenzamos la misión, todo iba bien cuando justo al dirigirnos del refrigerador de carnes a las verduras nos topamos con un pasillo lleno de gente detenida viendo con cara de zombies hipnotizados hacia el mismo punto. ¿Qué veían? En ese momento no lo sabía, como tampoco sabía que lo que vería enseguida iba a cambiar mi percepción del mundo, llevándome a una línea de pensamiento que jamás pensé podría tener: el mundo sería mejor sin Ninel Conde. Vaya tragedia, por que soy gran fan de la señorita, vaya que lo soy.

Al doblar la esquina voltee para ver qué tenía tan idiotizada a tanta gente y ahí estaba, en todo su esplendor y bailando como si no hubiera un mañana: Vaca, la botarga reggaetonera. Dicho personaje es un pobre tipo con una botarga del mencionado animal, acompañado por un par de muchachos, para formar un trío que baila a ritmo de reggaeton para promocionar la leche Alpura si no me equivoco.

Al ver a la vaca una sonrisa llegó a mi boca y olvide lo molesto que estaba y lo mucho que odio a la gente. Sus simpáticos cuernos y voluminosas manchas negras bailando ritmos latinos me hipnotizaron como al resto del mundo, lo único que me safó de su embrujo maléfico fue mi mujer que me jaló hacia las espinacas y las cebollas.

Al salir del embrujo fue cuando me pegó como una bola demoledora a un edificio viejo que debe dar paso a la modernidad y la justicia social: El problema no es la botarga vendiendo leche, o jabón o lo que sea, el problema es que de toda la gente que estaba perdiendo su tiempo viéndola bailar, por lo menos uno de cada tres tenía un bebé en brazos y otro iba con un hijo pequeño.

¿Y eso qué?, se preguntarán. Es muy fácil: cuando tienes hijos y tu situación económica no es “acomodada” el highlight de diversión de tu semana va ser ver a una botarga bailando en el súper. Eso pasa cuando los hijos no se planean y cuando no se tiene consciencia de lo que pasa con el mundo. ¿Creen que a alguien de ahí le importaba el calentamiento global? Claro que no, sólo les importa sacar lo necesario para sobrevivir y poder darse el lujo de ir a comprar sus víveres a un lugar que los fines de semana tiene entretenimiento publicitario como una vaca bailarina.

Para ellos la noticia de la semana fue que Fabiruchis salió del hospital después de la santa madriza que le propino un sexo servidor por no pagarle, y lo recibieron como a un héroe. Lo que dio pie a otro comentario estúpido de Ninel Conde, de esos que será tema de conversación y causa de risas durante meses. Al preguntarle que opinada de la situación de Fabiruchis la inocente respondió: " Les pido de favor que todos nos unamos para ayudar a Fabiruchis, así como todos los mexicanos estamos unidos ayudando a nuestros hermanos de Tampico..."

Y aquí es donde las dos se unen. Sí, soy fan de Vaca, la botarga reggaetonera, al igual que soy fan de Ninel Conde, las dos me provocan una sonrisa, las dos me hacen reír durante 5 segundos y me hacen olvidarme de lo mucho que odio a las multitudes durante un instante, pero el mundo sería mejor si no tuviéramos a ninguna de las dos.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Cacahuates chinos

No me gusta volar con las aerolíneas gringas, y definitivamente odio Continental. Cada vez que viajo procuro hacerlo con alguna compañía mexicana, no me importa si es Aeroméxico o Mexicana de Aviación, prefiero la segunda pero cualquiera de las dos está bien.

Lamentablemente casi nunca viajo con esas aerolíneas, como yo no pago, no escojo con quién volar y por lo general me tocan aerolíneas gringas. Prefiero las compañías mexicanas por que el servicio es mejor, a uno lo tratan con más calidez y normalmente tienen la atención de darte algo de comer (sí yo se, normalmente es una porquería, pero es comida) cuando tu viaje es por lo menos de dos horas.

En Continental si tienes suerte te dan una bolsita de cacahuates y una bebida, y en American te cobran casi hasta por prender tu luz para leer. Pero antes no era así, antes te atendían mejor y no escatimaban en sus clientes… antes la gente se vestía de gala para ser parte del milagro de un elefante volador. Hoy en día las cosas son muy diferentes.

Los precios del combustible están por lo cielos y el hecho de no darte más que unos pinches cacahuates les ahorra muchísimo dinero a las aerolíneas. Supongamos que cada comida son treinta dólares ahorrados, y que al año vuelen 100 millones de personas en una aerolínea (número bastante lógico si tomamos en cuenta que el aeropuerto de Atlanta da servicio a 80 millones de personas al año), eso es un ahorro al año de 3 mil millones de dólares, más o menos lo que necesitan para pagar la gasolina.

Los altos precios de la gasolina son responsabilidad en parte de los chinos, son tantos y están comprando tantos coches que se la están acabando. Si siguieran con sus bicicletas todo estaría bien y a mi me seguirían dando de comer en el avión, pero como decidieron que era buena idea tener coche, ahora lo único que me dan si tengo mucha suerte son unos cacahuates que son más chinos que japoneses.

Y todavía se preguntan por qué digo que ya se fue todo al carajo.