miércoles, 2 de marzo de 2011

Para no perder la costumbre

Cuando comencé de nuevo con esto de escribir me puse como meta postear por lo menos una vez a la semana. La verdad no contaba con dos cosas sumamente importantes que arruinarían mi plan, o por lo menos lo harían mucho más difícil de lo previsto.

El primer obstáculo es la enorme cantidad de trabajo que he tenido este último par de semanas, la verdad lo último que uno quiere hacer es llegar a su casa y ponerse a escribir. Cuando apago la computadora de la oficina lo que menos espero es llegar a mi casa a prender la otra, aunque la mayoría de las veces así suceda.

He estado tan ocupado que mi subscription box de youtube está a reventar. No he podido espiar la vida de otras personas poco importantes o entretenidas por estarme ocupando de la mía, lo que me lleva a mi segundo problema.

Mi vida es bastante promedio, por no decirle aburrida. La rutina es lo que impera y aunque en circunstancias normales eso no está del todo mal, cuando se junta con el estrés y un madral de trabajo, al final te das cuenta que no tienes de qué escribir. A nadie le importa si la humanidad te importa un pito o si crees que la convivencia en tu oficina te vuelve cada día más cínico y descarado… o por lo menos no encuentro la manera de describir eso de forma entretenida.

Frases como “pinches negros” y “si no te gusta regrésate a tu país argentino de mierda” sólo tienen sentido bajo cierto contexto, uno que generalmente depende de la situación y que es algo difícil de explicar fuera de él, aparte de ser fácilmente malinterpretadas como insultos sin sentido… por los pinches negros y los argentinos de mierda, cuando en realidad no es una ofensa, es más bien una expresión sincera de… no, no hay como defenderlo, son comentarios racistas y xenófobos, pero no es personal, más bien como que todo mundo me cae mal.

Así que por el momento simplemente me dedicaré a escribir pendejadas sin sentido con tal de escribir algo, con la ilusión que en algún momento uno de mis textos tenga cierto sentido.

Aunque me gusta tener seguidores, al final escribo para mí, es un “ejercicio creativo” según mi mujer, así que si les aburre lo siento mucho, pero como insinué hace un par de párrafos… ¡Me vale madres!

P.S. Antes de que empiecen a llenar este post con comentarios de odio hacia mi racismo, déjenme decirles que en realidad no soy ni racista ni xenófobo, simplemente desprecio a la gente que... pues a la gente en general, pero es más fácil destacar a una minoría de manera politicamente incorrecta.

1 comentario:

Maríaisabel Mota dijo...

Tu mujer dice, y dice bien. He dicho.

PS: You are a little bit racist... too.