martes, 14 de abril de 2009

Odio hablar con las máquinas

El otro día la emperatriz y yo decidimos que era buena idea ir al cine ya que teníamos mucho tiempo de no hacerlo así que me metí a la interné y busqué que película sería bueno ver.

Después de deliberar acerca de cual era la mejor opción en la cartelera disponible, decidimos por una y me di a la tarea de marcar el teléfono para comprar mis boletos ya que era viernes y si me esperaba a comprarlos en la taquilla no íbamos a alcanzar.

La cosa es que cuando uno habla a la Línea Cinemex, te contesta una maquina. Ya saben, de esas de sus opciones son tal y tal y para tal marque tal y para esta otra marque ese otro y realmente odio esas maquinas… ¡las odio!

Es insoportable que uno quiera hacer algo tan sencillo como revisar el saldo de una tarjeta por ejemplo y que tengas que perder media hora con una estúpida maquina que te hace apretar diez millones de números sólo para regresarte al estúpido menú anterior o darte la información que no querías.

El problema es que como son máquinas son muy inexactas, lógicamente no saben que es lo que quieres y te tardas media hora de submenú en submenú en llegar a donde quieres, cuando si un@ monit@ te hubiera contestado no tendrías ese problema.

Ah pero es sí, a la hora de cobrar entonces sí ponen gente que te habla a las 7 de la mañana para empezar a molestarte y a gritarte, si es para joder entonces sí pongan gente, pero si es para dar una mejor atención al cliente pongan unas maquinas a repetir números a lo baboso, y todo para que al final acabes marcando cero por que quieres que alguien se tome la molestia de ATENDERTE, no de decirte que número apretar.

No me malinterpreten, adoro la tecnología. Creo que el invento más importante que ha creado el hombre en la historia de la civilización (y causante de la debacle de la misma) es el control remoto de la televisión. Sí, no la rueda, no el avión, no el coche, no el radio, no el teléfono, no el Internet, no la televisión misma: el control remoto.

El control remoto fue el que abrió las esclusas a la huevonería universal. Todo lo demás se invento para cubrir alguna necesidad, el control remoto es simple y llana hueva. Dios nos libre de dar tres pasos del sillón a la tele para cambiarle al canal.

No vaya a ser que suframos un paro cardiaco del cansancio al recorrer tal distancia para hacer algo tan importante y trabajoso como cambiar el estúpido canal… definitivamente no podría vivir sin control remoto.

Adoro el uso de la tecnología en cosas tan importantes como esa, pero que la usen para poner a una maquina a atenderme es inaceptable. ¿Qué no ven que me da hueva tener que apretar tantos botones?

2 comentarios:

Doña M dijo...

JAJJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA ¡No lo vas a creer! EStaba viendo la tele y el #$/% control no quería funcionar (y tú no estabas para salvarme de la crisis) así que en vez de intentar arreglarlo, huí al siguiente aparato: la compu.

Siempre tienes razón caray...

Unknown dijo...

Jajajaja. Me reí mil años con este post. Gracias.